Número de raciones
2
- Amasar harina de espelta, levadura, azúcar de caña, ¼ cucharadita de sal, la mitad del aceite de oliva y agua tibia hasta obtener una masa suave. Dejar reposar la masa tapada en un lugar cálido al menos 1 hora.
- Mientras tanto, limpiar, lavar, cortar la berenjena y el calabacín a lo largo por la mitad y en rodajas. Calentar el resto del aceite en una sartén, sofreír la berenjena y el calabacín durante 5 minutos a fuego medio. Sazonar con sal, pimienta y orégano. Lavar y cortar los tomates por la mitad. Pelar y picar finamente el ajo.
- Mezclar los tomates troceados con pasta de tomate y sazonar con sal, pimienta y orégano. Cortar el queso de cabra en trozos. Lavar y sacudir el albahaca para secarla.
- Después de una hora, amasar la masa vigorosamente de nuevo, dividirla en dos partes y extender cada una en forma de óvalo fino sobre una superficie de trabajo enharinada.
- Colocar las bases sobre una bandeja de horno cubierta con papel de hornear. Distribuir los tomates troceados sobre ellas, luego repartir uniformemente la berenjena, el calabacín, los tomates, el ajo y el queso. Hornear las bases en horno precalentado a 200 °C con ventilador durante unos 10–15 minutos. Sacar del horno y servir espolvoreado con albahaca.
Tipp: Wer keinen Ziegenkäse mag, kann die Pizzafladen auch mit Feta, Gouda oder Camembert belegen. Im Herbst und Winter schmeckt die Pizza auch mit Roter Bete oder Kürbis.
160 g de harina de espelta tipo 1050 + 2 cucharadas para trabajar
1 cucharadita de levadura seca
1 pizca de azúcar de caña
2 cucharaditas de aceite de oliva
100 ml de agua tibia
1/2 berenjena
1 calabacín pequeño
100 g de tomates cherry
1 diente de ajo
100 g de tomates en trozos
1 cucharada de pasta de tomate
70 g de queso de cabra blando (45 % de grasa en materia seca)
1 puñado de hojas de albahaca
sal, pimienta
orégano

