Número de raciones
2
- Limpiar los champiñones, cortarlos en rodajas y rociarlos con jugo de limón.
- Limpiar el calabacín, lavarlo y cortarlo en rodajas. Pelar las patatas cocidas, dejarlas enfriar y cortarlas en rodajas.
- Para la salsa bechamel, calentar la mantequilla en una cacerola. Incorporar la harina con un batidor y sofreír a fuego medio hasta que tome un color amarillo claro y empiecen a formarse burbujas. Luego, añadir la leche poco a poco mientras se remueve. Llevar la salsa a ebullición. Cocinar a fuego lento, removiendo constantemente, durante 10 minutos. Mezclar con el diente de ajo pelado y finamente picado y la mitad del queso parmesano. Sazonar con nuez moscada, pimienta y sal de hierbas.
- Seleccionar el perejil, lavarlo, secarlo con cuidado, picarlo y mezclarlo con la salsa bechamel.
- Engrasar una fuente para horno con margarina. Colocar la mitad de las patatas y cubrir con los champiñones. Poner encima el resto de las patatas y las rodajas de calabacín, cubrir con la salsa y espolvorear con el resto del queso parmesano y el pan rallado.
- Hornear el gratinado en el horno precalentado a 180-200 °C durante 15-20 minutos.
- Seleccionar la canónigos, lavarlos y secarlos. Limpiar, pelar y rallar la zanahoria. Aliñar con una vinagreta de vinagre de frutas, aceite de cártamo, mostaza, sal de hierbas, azúcar moreno, posiblemente 1-2 cucharadas de agua y la cebolla pelada y finamente picada.
- Sacar el gratinado del horno y servir con la canónigos.
1 cdta Margarina
1 cdta Aceite de cártamo
2 cdas Jugo de limón
1 cda Mantequilla
3 cdas Pan rallado
1 cda Harina
4 cdas Queso parmesano rallado
2 cdas Vinagre de frutas
150 g Champiñones
500 g Patatas con piel
100 g Canónigos
250 ml Leche 1,5% grasa
1 pizca Azúcar moreno
1 Calabacín
1/2 manojo Perejil
1 Zanahoria
1 diente de ajo
Nuez moscada, pimienta, sal con hierbas
1/2 cdta Mostaza
1/2 cebolla pequeña

